Título en español: Vamos a morir todos Autora: Emily R. Austen Total de páginas: 256 Género: Ficción adulto joven, LGBT, |
La muerte, no solo como un final inevitable sino como una constante presencia en la vida de nuestro personaje principal. Gilda es un personaje que representa a muchos que lidian con trastornos mentales. Su ansiedad y depresión son retratadas de manera realista y empática, mostrando tanto sus luchas internas como la forma en que el mundo exterior las percibe y responde a ellas.
La identidad de Gilda como lesbiana es un aspecto importante de la novela, explorando cómo su orientación sexual influye en sus relaciones y en su sentido de pertenencia.
Trabajando en una funeraria católica, Gilda se enfrenta a conceptos religiosos que chocan con su propia visión del mundo. La novela explora cómo la religión puede ofrecer consuelo a algunos mientras que para otros, puede ser una fuente de conflicto y confusión. Gilda es una persona compleja y vulnerable, ofreciendo una visión sincera y a menudo dolorosa de lo que significa vivir con una mente turbulenta. Su carácter es a la vez trágico y cómico, lo que la hace profundamente humana y relatable.
Es una novela que equilibra el humor negro con momentos de profunda introspección y tristeza. La narrativa es fluida y accesible, a menudo utilizando la ironía y el sarcasmo para aligerar temas pesados. Lei algunos comentarios donde decía queno tiene nada de profundo, pero me parece que el tema de la muerte como una costante en la vida de alguien con depresión, ya es profundo.
No es desgarrador, eso sí, pero considero que en la reflexiva, Emily, nos invita a enfrentar nuestras propias ansiedades y temores sobre la vida y la muerte, ofreciendo un recordatorio de la belleza y la fragilidad de la existencia.
La novela también aborda cuestiones de identidad sexual y aceptación, añadiendo una capa adicional de profundidad a la narrativa. Es una lectura recomendada para aquellos que buscan una narrativa que combine lo sombrío con lo humorístico, lo filosófico con lo cotidiano, y que nos desafíe a mirar más allá de nuestras propias inseguridades para encontrar un sentido más profundo en nuestras vidas.
Me pareció una lectura fresca y cautivadora. En ningún momento me aburrí, y la encontré muy reflexiva. En general, me gustó mucho. Aunque no la considero la novela del año, la disfruté bastante. Lo único que no me encantó fue el final, pero aun así, está bien.